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mercoledì 19 agosto 2020

HEMOS PARADO DE VIAJAR 2020 Mayo


Hemos parado de viajar. Por imposición y por miedo.

Y es que el Covid-19 ha paralizado el mundo, a una velocidad inquietante. Esta crisis global nos ha dejado en shock y parece claro que deberemos de replantearnos algunas cosas porque, con el distanciamiento físico, quizás nada volverá a ser igual.
En cuanto a viajar, además de que cambiaremos de hábitos viajeros, parece que el turismo sostenible y responsable puede ser una solución... algo que la verdad no me trastoca demasiado.

Fantaseo -me resulta inevitable- con los muchos viajes que tengo pendientes de hacer y en los que, cuando sea posible, seguiré priorizando destinos de naturaleza o simplemente donde no haya grandes concentraciones de gente. Las grandes ciudades puede que pierdan fuerza como destino viajero.

Los viajes en avión cambiarán a partir de ahora. Seguro. Los viajeros habremos de estar mentalizados para que nos hagan tomas de temperatura o incluso test rápidos (dependiendo de la exigencia del destino) antes de embarcar en cualquier aeropuerto, y veremos a los empleados de cabina y de tierra con guantes y mascarillas.
Está por ver si pondrán asientos vacíos para asegurar la distancia mínima (lo que podría encarecer el billete para ser rentable), o si por el contrario viajar contará de inicio con grandes descuentos en billetes y en hoteles. Pero los aviones serán desinfectados en presencia de pasajeros y no habrá prensa ni servicio a bordo... por higiene. Y todos con mascarilla.

Los aeropuertos también serán diferentes: mamparas protectoras en los mostradores de facturación, con indicadores de distancia física en el suelo y escáneres térmicos de temperatura. El check-in electrónico y el "D.I.Y.", muy extendido ya en los aeropuertos asiáticos, se van a imponer con más fuerza aún. Más vale hacerse a la idea de los nuevos tiempos que se nos echan encima.

Los acompañantes quizás no puedan acceder a las instalaciones del aeropuerto, el acceso a los baños será restringido y habrá limitaciones al equipaje de mano.

El sector aéreo, con muy graves dificultades financieras y con necesidad de ayudas públicas, está ansioso por volver a operar. Pero cuando vaya llegando ya cierta "normalidad", la forma en la que los pasajeros volaremos habrá cambiado radicalmente. ¿Cómo recuperarán nuestra confianza?.

La respuesta genera otra pregunta: ¿cómo levantarán progresivamente las actuales restricciones, con una estrategia sin fechas claras y llena de tantas incógnitas?: todo dependerá de cómo evolucione la pandemia y de los acuerdos entre países. Restablecer las movilidad va a depender de la similitud de la situación epidemiológica de los países y de las exigencias de acceso.

Apuesto a que será necesario acreditar algún tipo de chequeo médico oficial y que una posible cartilla sanitaria con la vacuna del Covid-19 (sumada a otras ya necesarias a veces) podría ser requisito previo para viajar dentro de/a/desde Europa, y no solo exigible en destino como ha sucedido hasta ahora.

Habrá posiblemente que rellenar nuevos y exhaustivos formularios… y quizás tests en origen y en destino. Ya se habla de una especie de "pasaporte sanitario" que vendría a ser como un certificado médico que demostrara que el viajero se encuentra en buen estado de salud. 
Incluso no descartemos tampoco que haya hoteles que exijan adicionalmente tests negativos de Covid-19 antes de registrarse.

Todo ello con independencia de la llegada de la esperada vacuna en 2021 y/o algún tratamiento paliativo.
El grado de ocupación de los vuelos podría convertirse en uno de los termómetros más fiables para comprobar el grado de recuperación paulatina de la economía mundial…. porque parece evidente que no todos los países superarán esta crisis sanitaria a la vez. También habrá muchas desconfianzas y recelos mutuos entre países.

Por ello, lo más probable es que los desplazamientos comiencen por destinos cercanos (obvia decir que España tiene mucho que ofrecer a viajeros españoles, con espectaculares espacios naturales y solitarios y también playas sin demasiada gente). Todos los países fomentarán el turismo nacional, incluso con ayudas públicas para animar a levantar el sector.

Parece que el turismo rural puede ser la opción más demandada ya que evita aglomeraciones pero, desde luego, veo sin ninguna duda al negocio del alquiler de autocaravanas con un enorme potencial, atrayendo a nuevos clientes que nunca se lo habían planteado: esta alternativa será muy valorada y ganará enteros en esta nueva situación.

Destinos más lejanos habrá que dejarlos quizás para bien entrado 2021… siempre y cuando en muchos países se retire el veto a ciudadanos españoles (por desgracia ahora el pasaporte español puede tardar más en volver a ser "bien recibido") aunque claro que también influirá la situación sanitaria de cada país. También podremos ver "cuarentenas" de varios días al llegar a un destino... porque habrá aún cautelas y desconfianzas. Hasta España las está planteando.


Resultará curioso comprobar cómo muchas oficinas de turismo cambiarán de estrategia focalizando destinos nacionales y locales de naturaleza, espacios abiertos y zonas rurales, alejados de grandes ciudades y posibles aglomeraciones.

Quizás sea éste un buen momento para pensar en hacer más road trips... qué buen plan!.

  
Y, como decía antes, también para hacer más turismo nacional; hay muchísimo por ver en España y, aunque en mi caso la tengo bastante peinada, me propongo recuperar escapadas a lugares especiales, más allá de la gastronomía y de los vinos o las bodegas, alicientes de momento también "en pausa" pero que irán despertando.

Creo que de momento voy a sacar más chispas a mi querida Asturias. En cuanto me dejen, claro.

Hemos estado viviendo una situación inesperada, desgarradora y extrema, que nos ha puesto a prueba, con muchas pérdidas humanas y gente que lo está pasando, o lo va a pasar, muy mal tras esta lamentable catarsis que estamos sufriendo, inevitablemente, en España y en todo el mundo.

Compatible con lo anterior, y sin ánimo de frivolizar con el actual drama social y económico, quiero mandar también mucho ánimo a todos los viajeros: paciencia para no dejar de soñar ni perder la ilusión por seguir preparando y disfrutando de grandes viajes o de escapadas, y que no permitamos que la solidaridad con quien más lo necesita se pueda ir olvidando en estos tiempos tan duros y extraños, ahora que la pandemia está comenzando a golpear a los países más pobres.

Por ejemplo, en África sufren otras pandemias como el ébola, la malaria... incluso los niños mueren por anemia. Por tanto, a su favor cuenta su experiencia en gestión de pandemias y en sus campañas de sensibilización a la población.


Pero ni sus sistemas sanitarios están preparados ni la transparencia de sus autoridades es la necesaria. Además, las ONGs tienen que hacer frente a las necesidades habituales más las nuevas impuestas por esta pandemia, y la paralización del tráfico aéreo internacional está suponiendo un enorme handicap para todos los proyectos en curso. Qué pena...

Ahora mismo lo más importante es que estemos todos a salvo de los trágicos efectos de esta pesadilla llamada Covid-19.
Y también que actuemos siempre con sentido común y con responsabilidad... todos!. Porque parece que una parte de la población no se está dando cuenta realmente del grave peligro que corremos y que, nos dicen, dista aún de estar superado.
La solución médica llegará, pero la seguridad y la prudencia son ahora clave.

En cuanto a viajar de nuevo por el mundo, entre tantas incertidumbres y desafíos, por de pronto quizás hemos de pensar en buscar nuevos enfoques viajeros y esperar.

Confiemos en que no demasiado.
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